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viernes, 19 de abril de 2024

Sobre pueblos y hombres. Drakmore.

  En las tierras de Kar'Dum existe cierto terruño, conocido como la península Hippocampea, donde conviven en incertidumbre gran parte de las razas, llamaremos, humanoides —siendo estas: humanos, elfos (en concreto elfos pálidos y elfos del bosque), medio-elfos, enanos y orcos— así como las razas bestia de los bosques de la Arboleda de Ynelia y de las Sombras de Árenya y los anfibios y reptiloides de las costas y lodazales del sur.

  Toda la península Hippocampea forma parte del reino de Drakmore, cuyas raíces se adentran en la historia siglos ha. En el año que consta, de la Era de las Espinas, su poder se extiende principalmente por el norte, la cabeza de la península, sin llegar hasta la Costa Amarga, fuertemente gobernada por colonias de orcos venidos allende del Havunmeer, el mar del sur, cuyas tierras son desconocidas para los drakmorianos.

   El pueblo drakmoriano es bastante bélico, habiendo tenido largas y numerosas trifulcas con sus ascendientes elfos dorados del norte, en las tierras de Diyunra’Avot, más allá del Mar de Bruma. Sus costumbres bélicas nacieron despues de la indepencia respecto de la Troika Dorada de los Altos Elfos en la capital de Thalgroth. Casi todas las razas humanoides descienden de estos elfos de piel dorada milenarios que, con el paso del tiempo antes si quiera de las Eras que hoy se conocen, derivaron posteriormente en ellas.



   El rey actual, en la tercera era, Thorne de Aquilón, dista de estas costumbres belicistas, y tras su baja guardia en el trono de Aquilón, el grupo de mercenarios conocido como el Anillo del Furor destronó al rey, actualmente en paradero desconocido, y usurpó la corona. Sumiendo así todo el territorio en el caos. Sin embargo se oyen habladurías y rumores de que un elfo pálido vaga por las tierras de Drakmore en servicio del rey para restaurar el orden, se dice, bajo decreto real, junto con dos compañeros más.


   Entre toda la barbarie que azota al reino drakmoriano, se alzan grupos de bandidos diversos, poco organizados y desastrosos que arrasan aldeas y caminos, y en contraposicion, grupos paramilitares de guardias y aldeanos intentan fortalecerse contra las menazas externas al no contar con el apoyo de una corona inexistente por el momento.

   Los únicos sitios donde parece que la paz sigue reinando en tiempos actuales es en el Bosuqe de Las Sombras de Árenya, donde los humanos y elfos de las ciudades no se atreven a deambular; habitados por tabaxi y demás tipos de razas bestiales de todo tipo, asi como humanos y elfos devotos de los dos dioeses dragones e Ynelia.

  Al norte, por encima de la capital de Aquilón se extienden las verdes llanuras de Sifflants, donde se situa la ciudad-biblioteca de Jelafaat, la primera y única ciudad humana no descendiente de los elfos dorados, provenientes de los desiertos, terra ignota, austral de lo conocido por los drakmorianos, los cuales se niegan a pasar la Cordillera de Moungrise, que se extiende desde la espina del hippocampo hasta los pantanos del sur que dividen la península, aislándolos de las demás tierras. Una de las razones de esta negativa viene porque el Paso Transmontanus de la cordillera está controlado por un anciano liche llamado Zendelmor.

Al sur de la capital se encuentra el la Arboleda de Ynelia, diosa de los elementos, así como el Lago del Ojo, espeso bosque espolvoreado de asentamientos, asi como de  ruinas de eras pasadas. En el centro del bosque se encuentra una capilla dedicada a Teneas, la cual es lugar de peregrinación para muchos drakmorianos.

Bajando por la Costa Amarga llegamos hasta el límite de la boca del hippocampo, donde se situa la colonia de Zulgakh, hogar de los orco más allá del mar del sur.


Me vine al pueblo por puente y evidentemente no me traje todas las cosas, asi que en la siguiente entrada, o a la postre, subiré las imagenes de los mapas anteriores, y de la ciudad de Aquilón. etc. También subieré aquí, a modo de archivador (pues es lo que es), las ilustraciones que he ido haciendo.

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